La semana que viene, concretamente el día 16 de febrero, La Academia de la Televisión preparará un homenaje a la carrera del periodísta Luis Mariñas. Yo le rindo en este artículo que redacté el otro día mi pequeño homenaje.
Recuerdo perfectamente el 27 de Diciembre del año pasado. Estaba en mi habitación con el ordenador, como casi todas las tardes, cuando oí la noticia en el televisor del salón; Luis Mariñas fallece de un infarto. Lo primero que pasó por mi mente -y aunque el decirlo puede ser una espada de Damócles sobre mí- fue la muerte del periodista Jesús Mariñas, craso error.
La expresión de sorpresa de mi madre me hizo encender el televisor de mi cuarto y darme cuenta que estaba equivocado, había muerto Luis Mariñas, aquel periodista gallego con un estilo único y personal que lo caracterizaba.
Este Sandokán, como muchos le apodaron, nació en A Coruña en 1947. Su interés por la profesión periodística se dio desde muy joven, con tan sólo 19 años entró ya a formar parte de los estudios que se encontraban en Prado del Rey de Televisión Española. Aquí llegó a ser nombrado director y presentador de la primera edición de Telediario en 1982, algo que abrumaría a cualquiera puesto que en la época las audiencias eran, a día de hoy más aún, monstruosas; la ausencia de televisiones privadas hacía ascender a 16 millones de espectadores la audiencia media. Mariñas creció como periodista en TVE.
Tras 19 años, en 1990 Valerio Lazarov le convenció para que dejara su casa de siempre, para llevárselo a una cadena que comenzaba su andadura, Telecinco. Valerio confió en él, en su profesionalidad y en su estilo al asignarle el formato -nuevo en la televisión española- de Entre hoy y mañana; un informativo de madrugada que duraba apenas 15 minutos y donde la opinión estaba por encima de todo. Ilustres y conocidos personajes pasaron por el programa, como J. J. Santos o Fernándo Jáuregui. Poco a poco y gracias al éxito del programa, este corto espacio fue estirándose hasta convertirse en lo que es hoy en día Informativos Telecinco.
Luis Mariñas fue un hombre que, como dice Monserrat Dominguez “jamás obligó a cambiar a sus analistas ni una sola línea de sus comentarios, ni a sus redactores el sentido de las informaciones”. Lo que nos demuestra su entereza, su profesionalidad y el interés y respeto que mostraba ante la materia prima de un periodista, la información. Esta amalgama de conocimientos y experiencia le llevó a protagonizar grandes momentos televisivos como la entrevista a Saddam Hussein -la única concedida a una televisión occidental- y su labor en el segundo debate entre el entonces presidente González y el candidato Aznar. Aquel 31 de mayo de 1993 Luis Mariñas hizo gala de su labor periodística y libró con absoluta entereza una debate seguido por una audiencia desorbitada; que a la postre daría sus frutos años más tarde en los actuales debates políticos.
Y como si de un boomerang se tratase, la vida le llevo de nuevo a TVE, esta vez a Los Desayunos para continuar de nuevo su trayectoria hacia Telemadrid, y realizando diversas colaboraciones en otros medios de comunicación. Finalmente fue en su querida tierra, su Galicia natal, donde un infarto se llevó a uno de los grandes periodistas que ha dado este país. Descansa allá donde estés Luis.
Kike København
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Xoxo;
El error (confusión de nombres) que comentas creo que le pasó a más de uno.
ResponderEliminarGran artículo. Y gran pérdida.
Para mí sí que era una de las caras de informativos (estuviera en la cadena que estuviera) transmitiendo credibilidad, seriedad y aspecto crítico.
Un saludo,